El cerebro, junto con el sistema nervioso y las neuronas, surgió aproximadamente hace 540 millones de años, durante una rica era biológica conocida como Explosión Cámbrica. Este crucial evento evolutivo tuvo lugar en los mares. Pero, ¿cuál fue la trayectoria que nos llevó a desarrollar un cerebro más complejo?
Un ejemplo fascinante para entender este proceso es el organismo conocido como Acidia. Aunque muchos de nosotros no estemos familiarizados con él, este ser nos muestra claramente el papel vital del movimiento. Mientras Acidia es móvil, tiene neuronas. Sin embargo, cuando decide fijarse en un lugar, las neuronas tienden a disiparse, de manera similar a una persona que, al jubilarse, opta por un estilo de vida más sedentario.
Esto resalta un punto crucial: la actividad física es esencial para la vida humana y para muchas otras formas de vida. La naturaleza estableció la actividad física como un criterio de salud. El cuerpo solo invertirá en la reparación y mantenimiento de un órgano si recibe una señal de que es valioso y funcional. Y una de las principales señales que indica que estamos vivos y activos es precisamente la actividad física. El cerebro y las neuronas no son solo mecanismos de movimiento, sino que también son fundamentales para interpretar nuestro ambiente externo e interno.
En cuanto a las emociones, estas son mensajes codificados de nuestro cerebro, condensando pensamientos y experiencias, ya sean positivas o negativas. Para un bienestar completo, es esencial reconocerlas, nombrarlas y validar su existencia. Sin embargo, debemos entender que, aunque las emociones son reales e intensas, no traducen la realidad objetiva. Cada persona interpreta el mundo de una manera única, y esa percepción está influenciada por sentimientos y vivencias.
Concluir que la mente y el cuerpo están intrínsecamente conectados es crucial. La salud de ambos es interdependiente y, para lograr un equilibrio entre ellos, necesitamos una alimentación adecuada, comprensión emocional y actividad física regular. Las prácticas y descubrimientos de nuestros antepasados aún resuenan en nuestras vidas hoy, moldeando nuestra salud y bienestar.