¿Ducharse con agua fría realmente es bueno para la salud?


Artículo publicado en el sitio de noticias académicas The Conversation.
Lindsay Bottoms es profesora de Fisiología del Ejercicio y la Salud en la Universidad de Hertfordshire, en el Reino Unido.

Las duchas frías se utilizaron por primera vez con fines de salud a principios del siglo XIX, cuando los médicos comenzaron a adoptarlas en hospitales psiquiátricos y prisiones para “enfriar cerebros calientes e inflamados e infundir miedo para dominar voluntades impetuosas”.

A mediados del siglo XIX, los victorianos se dieron cuenta de que la ducha tenía otros usos, más específicamente, lavar a las personas —y que sería mejor si el agua estuviera caliente.
Así, la ducha pasó de ser un dispositivo utilizado para causar incomodidad durante una hora y media a convertirse en algo bastante agradable que duraba unos cinco minutos.

Sin embargo, la práctica de ducharse con agua fría con el propósito de obtener beneficios para la salud nunca desapareció y, de hecho, parece estar viviendo un resurgimiento. Especialmente en Silicon Valley. (Jack Dorsey, CEO de Twitter, ya reveló en una entrevista que tiene el hábito de sumergirse en una bañera con hielo).

¿Pero qué muestran las evidencias?
Un amplio estudio realizado en los Países Bajos mostró que las personas que se duchaban con agua fría tenían menos probabilidades de ausentarse del trabajo por enfermedad que aquellas que se duchaban con agua caliente.

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El agua fría supuestamente ofrece varios beneficios para la salud física y mental.

Un grupo de más de 3.000 personas fue dividido en cuatro y se les indicó tomar una ducha caliente todos los días.
A uno de los grupos, sin embargo, los investigadores les pidieron que terminaran la ducha con 30 segundos de agua fría, a otro grupo con 60 segundos y a un tercer grupo con 90 segundos de agua fría.
El grupo de control simplemente podía disfrutar de la ducha caliente.
A los participantes se les pidió seguir este protocolo durante un mes. (Aunque el 64% continuó con el régimen de agua fría porque les gustó mucho).

Después de un período de seguimiento de tres meses, se constató que los grupos que tomaron duchas frías mostraron una reducción del 29% en las ausencias laborales autodeclaradas por enfermedad.
Curiosamente, la duración del agua fría no afectó las ausencias por enfermedad.

La razón por la cual un chorro de agua fría podría evitar que las personas se enfermen no está clara, pero algunas investigaciones sugieren que podría estar relacionada con el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Un estudio en la República Checa mostró que cuando “jóvenes atléticos” fueron sumergidos en agua fría tres veces por semana durante seis semanas, esto ofreció una ligera estimulación a su sistema inmunológico.
Sin embargo, se necesitan más estudios (y más amplios) para confirmar estos hallazgos.

El agua fría también parece activar el sistema nervioso simpático, la parte del sistema nervioso responsable de las respuestas de lucha o huida (una reacción fisiológica automática ante un evento percibido como peligroso, estresante o aterrador).
Cuando este sistema se activa —durante una ducha fría, por ejemplo— se produce un aumento en los niveles de una hormona conocida como noradrenalina.
Esto es probablemente lo que causa el aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial que se observa cuando las personas son sumergidas en agua fría, y está relacionado con las mejoras sugeridas para la salud.

La inmersión en agua fría también ha demostrado mejorar la circulación.
Cuando estamos expuestos al agua fría, hay una disminución del flujo sanguíneo hacia la piel.
Y cuando el estímulo frío se detiene, el cuerpo necesita calentarse, por lo que aumenta el flujo sanguíneo hacia la superficie de la piel.
Algunos científicos creen que esto puede mejorar la circulación.

Se cree que el agua fría está relacionada con el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Un estudio que analizó la inmersión en agua fría después del ejercicio descubrió que, tras cuatro semanas, el flujo sanguíneo hacia y desde los músculos había mejorado.

También hay algunas evidencias de que la ducha fría puede ayudarte a perder peso.
Un estudio mostró que la inmersión en agua fría a 14 °C aumentaba el metabolismo en un 350%.
El metabolismo es el proceso mediante el cual el cuerpo convierte lo que comes y bebes en energía, así que un metabolismo más alto equivale a más energía quemada.

Además de los beneficios físicos, las duchas frías también pueden ofrecer beneficios para la salud mental.
Existe una corriente de pensamiento que sugiere que la inmersión en agua fría genera un mayor estado de alerta mental debido al estímulo de la respuesta de lucha o huida mencionada anteriormente.
En adultos mayores, la aplicación de agua fría en la cara y el cuello ha demostrado mejorar la función cerebral.

La ducha fría también puede ayudar a aliviar los síntomas de la depresión.
Un mecanismo propuesto es que, debido a la alta densidad de receptores de frío en la piel, la ducha fría envía una abrumadora cantidad de impulsos eléctricos desde las terminaciones nerviosas periféricas al cerebro, lo que podría tener un efecto antidepresivo.

Existe una buena cantidad de evidencia de que la inmersión en agua fría o ducharse con agua fría es beneficiosa para la salud, aunque las razones aún no estén del todo claras.

Pero antes de que empieces a abrir el grifo de agua fría al final de la ducha, debes saber que existen algunos riesgos relacionados con el baño con agua helada.
Cuando un chorro repentino de agua fría golpea el cuerpo, puede ser peligroso para personas con enfermedades cardíacas —esto podría provocar un ataque cardíaco o irregularidades en el ritmo cardíaco.

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